martes, 11 de diciembre de 2007

Texto: Apuesta por la cultura -en pro de la economía del estado-

Ayer, lunes 10 de diciembre, en el suplemento económico del diario El Comercio llamado Dia1 el editor David Rivera del Águila escribe un texto acerca de la promoción de la cultura como medio generador de ingresos al país. Me pareció interesante su punto de vista siendo un personaje inclinado a la economía, así que pego y copio el texto de ayer.

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Apuesta por la cultura

Por David Rivera del Águila. Editor
Vamos a esperar a que estén listos los videos de las presentaciones de la CADE para, a partir de la exposición de Juan Enríquez Cabot y otra información que estamos recopilando, insistir sobre por qué creemos que la innovación y la tecnología son vitales hoy para el desarrollo del país, y que si seguimos postergándolas, se nos volverá a pasar el tren de la historia, así hayamos explotado --e incluso responsablemente- toda los minerales de la sierra y los bosques de la Amazonía.

El tema de hoy es otro en el que tampoco la vemos. Fue tratado también en la CADE y considerado unos de los mejores del programa: identidad y cultura. ¿Debería ser una prioridad? ¿Cuál es su aporte? Santiago Alfaro, sociólogo de la Universidad Católica, respondió a estas preguntas con datos más que interesantes: Según la Unesco (2005), entre 1994 y el 2002 el comercio internacional de bienes y servicios culturales pasó de US$39.300 millones a US$59.200 millones, llegando a sumar más del 7% del PBI generado en el planeta. Asimismo, en el 2005 el valor de las industrias culturales en el mundo ascendió a US$1,3 billones, y en el 2003 se estimó que el crecimiento de este sector en la economía mundial era de 10% anual.

¿Suficientes razones para comenzar a darle importancia? En algún momento el ministro de Economía solicitó que se le mostrara evidencia del impacto que podían tener políticas específicas de promoción de esta industria. Si las cifras antes mostradas no lo convencen, hay algo más. Si países con una menor diversidad cultural que el Perú pero con políticas de apoyo han conseguido que este sector represente parte importante de su PBI (7,9% en Reino Unido; 6,4% en EE.UU.; 4,4% en España y 2,9% en Argentina, en el 2002, según información recopilada por Alfaro), ¿se imaginan el potencial económico que el Perú podría estar desarrollando si se comprendiese su verdadera dimensión?

Pero además de su importancia económica, la industria cultural tiene la virtud de ayudar a las sociedades a construir una identidad y a fortalecer los procesos de integración, algo que a la larga influye en la estabilidad social y, por lo tanto, en el crecimiento económico (por si eso es lo que más le preocupa). Y es justamente identidad e integración dos pilares que le están faltando a la construcción de una visión de país. Como señaló durante la CADE Carlos Eduardo Aramburú, de la Universidad Católica, si somos la nación de la biodiversidad, podríamos crear el lema: "El Perú, el país de las 1.000 culturas".

¿Y cómo aterrizamos todo esto? La semana pasada se dio un pequeño primer paso, con la aprobación en la Comisión de Economía del Congreso del proyecto de ley que reduce de 30% a 15% el Impuesto a la Renta que pagan los espectáculos no deportivos y que elimina también los impuestos municipales correspondientes. Ahora hay que esperar la votación en el Pleno, pero si nos percatamos de la importancia que podría tener la industria cultural en el Perú, deberíamos esperar también la definición de políticas de promoción más ambiciosas para este sector.

Como seguramente este también es un tema para después en el Ejecutivo, ojalá la congresista Luciana León, autora del proyecto mencionado y quien se está comprando el pleito por promover la cultura, logre poner en la agenda nuevos temas que nos permitan no tener que esperar 15 o 20 años (si llegamos) para promover algo que prácticamente llevamos en la sangre.

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