lunes, 23 de junio de 2008

Acerca del Archivo/Collage de Juan Diego Vergara.


Juan Diego Vergara nos presenta un mundo esperado por muchos, un mundo de recuerdos juveniles en la que estoy seguro, gozamos al repensarlo en nuestras mentes. Su muestra, Archivo/Collage 1985-1989, la experiencia en Lima, Arequipa y Cuzco, nos muestra sus recuerdos llenos de energía por resucitar esos capítulos que no solamente pertenecen en su privacidad, sino que fueron en su vez y ahora, compartidos con los visitantes.
La escencia de sus obras se apoya en su adolescencia, etapa de los mayores recuerdos, aquí somos parte de ellos, somos parte de una vida joven en los años ochenta en nuestro país, una década llena de obstáculos para quien quiera caminar tranquilo -suceso que era un logro del día- en las calles llenas de noticias tal cual bomba sorpresa explotara por allí, como lo diría una frase encontrada en uno de sus cuadros: “Bailábamos rock no comercial entre apagones y bombas” (primera foto).

La música es motor primario que conduce la motivación de Vergara hacia los lienzos y demás plataformas. No solo hace hablar a los personajes, sino produce sentimientos callejeros, sentimentales, anécdotas coyunturales propias de un estilo de vida –el new wave y demás variantes- generador de formas visuales singulares y que son herramientas en el trabajo de este artista. No solo herramientas frías de un simple uso, mejor dicho son un punto de apoyo para regenerar un punto comparativo a la vez con las vanguardias juveniles de actualidad, algo fallidas de escencia matriz. Ahora ya no somos tan privados como antes, el rock que consumimos no nos es comprensible, más bien es un timón que nos maneja a comprender estas nuevas ondas musicales.
La asimilación que tenemos con las frases, son cómodas de entender. Frases, palabras e ideas de cada trabajo permiten un diálogo honesto con la obras. No se duda al respecto sino se entiende de forma directa y de camino breve, la narración de los trazos y dibujos. Trazos y dibujos elementales en composición, hechos en base de lápices de dibujos con algunos retoques de color, pinturas negras y blancas forzando contraste -como un típico fancine callejero-, cintas adhesivas de embalaje y por último el gran collage como acompañante ideal al caos limeño de tal época; todo es importante, no podemos deshacernos del tedioso caminar pasado en este país.
Contradicciones emocionales, un “hueco” donde todos libaban, bailaban y cantaban sus canciones de moda son contrapuestos con los momentos ante la policía, la autoridad de gobierno, los toques de queda y las limitaciones ciudadanas como símbolo de lucha por sobrevivir como uno quiere y no como un adulto lo hace, sobrevivir sin el placer de estar ahí. El collage es una superficie de pequeños enlaces hacia los mayores componentes de la muestra, no basta con los cuadros, Vergara siempre apostó por romper esa regla cuadrilátera, no es suficiente seguir el patrón si de comunicar emociones latente se trata, es así que carteles de conciertos, flyers, fotografías, notas al vuelo y noticias semi-históricas son puentes multidireccionales en la pared pero que suplantan las voces de los testigos de ese entonces.
Aparte del ilegal uso del lienzo encuentro insignias efectivas de cada fuerza musical que invade su escena, tipos de música en la cual converge un círculo que hasta ahora sobrevive sin preocupaciones de salir a flote. La movida new wave con su padre el punk, y sus hermanos el new romantic, el rockabilly, techno pop y un amoroso post punk son retratados de la forma más idónea, no con las bandas más míticas ni con el sonido que los caracteriza, sino con el alma de persona que habita en ello, por eso cada vertiente tiene un rostro, un simple rostro de asfalto, urbano, sensible, fotográfico, de mirada hacia el exterior dejándonos de lado por ser simplemente espectadores, ellos son solos y si no eres de ellos, adiós. Pero ellos están vivos sobre una superficie que inteligentemente puede ser un ícono nuevo limeño, el papel periódico chino, insignia de persistencia de las tradiciones chinas en el país, tan chinas como el chifa, pero que ahora son plataformas ilegibles como el mismo pensamiento juvenil.

En conclusión, este Archivo/Collage, nos dijo una vez más qué fue de ese pasado, nos lo trajo de nuevo y lo regresó al futuro que trataba de adivinar. Los trabajos de Vergara son re-fotografías personales que se hacen públicas y nuestras, las adoptamos fácilmente, es una magia poder enlazarnos tan cómodamente con un trabajo plástico y bailar con ello.

Felipe Mayuri Poma


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Imágenes de catálogo de la muestra y foto final del blog de Juan Diego Vergara.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen texto Mayuri, personalmente lo que me impresionó bastante fueron sus dibujos al óleo en formato cuadrado sobre el papel chino, muy cheveres.

Anónimo dijo...

hola fui a la expo, la verdad muy caros sus obras, me sorprendio mucho pk hace poco un amigo m conto que estaba rematandolos, weno cosas del arte

Felipe Mayuri Poma dijo...

hola Kemoly

Claro que tienes razón, pero eso sí, una cosa es el mercado de una galería de arte y otra es la del mismo artista, te recomiendo que te contactes con él a su blog, ahí al final del texto tienes el link.
Estoy seguro que llegarán a un acuerdo cómodo para ti.

Saludos y gracias por comentar.
Felipe.

Anónimo dijo...

gran expo. los dibujos de lejisimos, lo mejor.

La Lavalle dijo...

ah!
es el entrevistado del trabajo ke deje a medias...que rochesín!

bueno la expo buena y los de la galería maleadasos.Uno cree ke puede llevarse algo a casa pero naaa...

chancho!!!!