lunes, 22 de diciembre de 2008

Acerca de Vida, Pasión y Muerte en la Bienal de Lima. Primer conversatorio de los lunes del CDAPC

Me animo a comentar sobre el primer conversatorio que organizó el Centro de Documentación de Arte Peruano Contemporáneo y el Centro Cultural de España de Lima titulado VIDA, PASIÓN Y MUERTE DE LA BIENAL DE LIMA en los LUNES DEL CDAPC debido al primer comentario que hice en el blog, en donde señalaba que era una excelente idea por el hecho de propiciar la actitud crítica así como generar productos del archivo de la historia del arte peruano y así no queden silenciados en el recuerdo documentado y también no dejando dormida ni en silencio una parte de la historia de nuestro arte peruano contemporáneo. Espero haya sido claro y perdónenme si es una enrredadera lo que escribo.

Este conversatorio llevado a cabo por Juan Peralta y Emilio Santisteban, personajes vinculados directamente con la organización de las bienales y Jorge Villacorta como crítico y curador independiente, y que además sirvió de testigo y referente para la narración del contexto, anécdotas e ideas que ocurrieron dentro de ese espacio de tiempo en que se desarrolló la Bienal.

Centrándome en este comentario que escribo, primero será dirigido hacia unas insignificantes carencias que con buena voluntad aconsejo –habiendo sido un simple asistente- para la próxima convocatoria en donde el tema a exponer será “LOS COLECTIVOS DE ARTE. 1 PARTE” (Lunes 26 de enero). Creo que al empezar se notó un pequeño vacío o silencio debido a la falta de un moderador para los ponentes, los cuales no sabían por donde o quién comenzar y que apresuradamente supieron solucionarlo con la exposición de Juan Peralta, quien fue uno -junto con Emilio Santisteban en la tercera edición del 2002- de los curadores principales de la bienal. Ya pasado una semana exacta, recuerdo que días y momentos antes de este conversatorio, tenía la expectativa de dentro del hecho de exponer, conversar y hacer un recuento de anécdotas de la organización de las bienales, se iría a debatir, cuestionar o generar un atisbo de esperanza por si próximamente, aunque sea a largo plazo, tendríamos en el camino hacia una cuarta edición de la Bienal de Lima. Aquí caigo en una ilusión que parte de mis graves inasistencias a las tres Bienales.

Para adentrarme a la segunda dirección de este texto, se generó después un escenario histórico-crítico el cual vendría a ser la resaltante aportación de este conversatorio, lo cual me parece que fue un aliciente a mi particular frustración expuesta en las últimas líneas del párrafo anterior.

Para esta segunda parte incluiré una sarta de ideas generales que pude abstraer provenientes del momento en que Juan Peralta expuso:
Enfrentarnos con el gobierno de Fujimori / Gestión del alcalde (en ese entonces) Andrade (también uno de los gestores de la Bienal) / Gestión de movimientos internacionales / Festivales de Lima / Desarrollo del casco histórico / Las contrabienales: “Emergencia Artística” y “La Bi-Anal de Arte (1999)” / Un millón seiscientos mil (1 600 000) visitantes. Con estas ideas, creo que podría comentar que fue una exposición del proceso de la organización de las bienales, el contexto donde se generó desde 1997 al 2002, así como los problemas y astucias para su avance.

Emilio Santisteban, fue uno de los curadores que organizaron la última versión de la Bienal de Lima en el 2002 y para el conversatorio tuvo una posición que posiblemente fue la propiciadora de la actitud crítica aparte de Juan Peralta y Jorge Villacorta, pues el bien fue directo al grano aparte de primero explicar que Emergencia Artística quien Juan Peralta la había catalogado de contrabienal, no fue tal como era, sino una exposición autogestionaria y en paralelo a la bienal (Ver en Micromuseo: http://www.micromuseo.org.pe/rutas/loimpuro/microhistoria.html), después de esta aclaración, Santisteban puso sobre la mesa los cuestionamientos del por qué la Bienal de Lima no se da mas, cuál fue el punto débil que propició su desaparición y que en conclusión podría decirse que fueron dos ideas importantes que pasaré a citar en mis palabras: ¿Por qué al empresariado no le interesa el arte peruano? / Falta de inteligencia con las relaciones entre gestión cultural y la empresa.

Ya con la participación de Jorge Villacorta, y como había señalado al principio, ayuda bastante en cuanto a recrear el contexto histórico así como también planteó en base a la estabilidad económica del país en las épocas finales de la Bienal (2002) y por consiguiente la que se supone sería la cuarta versión (2004 posiblemente si se sigue la secuencia programada para esta bienal), hace que la plataforma histórica y social en aquel contexto sea mejor explicada añadiendo detalles como el nada agradable diseño del catálogo de la primera versión de la Bienal como una demostración de que una buena relación también se debe a la dedicación de ambas partes –gestores y curadores con el empresariado quien pone la financiación junto con su marca de empresa.

Buen aporte histórico ya que fue complementario a las palabras de Santisteban y que ahora me permitirá terminar este texto con una pregunta que fue planteada y que quedó en mí como una interrogante mal hecha: ¿Por qué al empresariado no le atrae el arte peruano? Pues creo yo que esta pregunta más bien debería decir: ¿Qué es lo que debería suceder en el Arte Peruano para que atraiga a esos empresarios o empresariado?, pero en realidad no me dejaría llevar por ninguna de estas dos preguntas, antes que eso tendría que estar seguro a qué están considerando “Arte Peruano”, al arte contemporáneo conceptual que solía presentarse en las bienales? Dónde quedan los otros géneros tradicionales y que sí interesan a ciertos estratos sociales pudientes –pintura, escultura, etc- pero que se manejan por ciertos gustos ahora no cuestionables. O también me preguntaría a qué tipo de empresariado se están refiriendo, y si posiblemente me equivoque de concepto al haber escuchado la palabra empresa en el conversatorio.

Pero como pregunta final y que prefiero conversarlo con los mismo protagonistas de este “Arte Peruano” sería: ¿Deberíamos estar orientados a gustarle –los artistas y sus obras- al sector empresarial? Espero no estar divagando en una pregunta mal planteada en base a un mal entendimiento, porque si es lo contrario mi mera conclusión sería que un grupo artístico crítico y sobretodo conceptual –llámense géneros artísticos como la performance, la instalación, la intervención en espacios públicos, etc.- está completamente equivocado si de atraer a un sector con poder económico mediante la producción artística dedicada hacia ellos se trata y que creo que, se debería jugar con los conceptos de GESTIÓN CULTURAL Y OFERTA CULTURAL O ARTÍSTICA para una satisfactoria propuesta de atraer a este sector y así se pueda financiar un evento como lo fue la Bienal Iberoamericana de Lima.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La Bienal de Lima murio y bien muerta esta, porque tanta mediocridad no podia durar para siempre.

Gustavo Emé dijo...

no concuerdo. feliz 2009