----------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------
----------------------------------------------------------------------------

Vengo del Museo de Arte de Lima (MALI), institución que convocó a una visita guiada de la muestra de la artista británica Cornelia Parker (1956), presente en el recorrido gracias al auspicio de una galería de Birmingham. Parker habló en su lengua así que le tocó a Natalia Majluf, directora de la institución, hacerse cargo de la traducción. Bien, no hago sino sentarme frente a la PC para notar mi remoloneo para escribir sobre la exposición. Será porque como señala el impreso que nos entregaron a la entrada del museo, el trabajo de la británica permite tomar aire pero no sacar conclusiones. Hago de tripas corazón y ahí voy.
Cornelia proyectaba una sencillez conmovedora al referirse a cada una de sus creaciones. Una actitud en cierta medida paradójica, en quien ha hecho de su mirada una indagación que asesta un golpe a la realidad. La demuele para reconstruirla en las zonas más apartadas de aquello que se tiene en mente como lo que importa. A Parker le interesa detenerse por ejemplo, en una tiza usada por Einstein al dar una clase de física. La fotógrafa agranda las partículas del compuesto de yeso con lo cual logra no sólo la imagen abstracta de un objeto, sino la constancia de que a su manera busca comprender una teoría de la relatividad que de otro modo le sería muy ajena.

La artista hace gala de un interés inédito en Freud al realizar un acercamiento fotográfico de su sillón. La pieza se conserva en el Freud Museum in London así que uno puede imaginar que con los permisos del caso la artista no tuvo problemas en hacer el clic. Los objetos usados por los famosos, tendrían que decirnos también algo de ellos, dice Parker. Curioso que en este caso sean las huellas del trasero del maestro las que nos permitan evocarlo.
Si se quiere más carnecita, ahí está Cornelia haciendo eco a las críticas que provoca la indiferencia política de los gobiernos ante el calentamiento global. Un video con una entrevista a Noam Chomsky considerado un importante miembro de la cultura adversaria al establishment norteamericano, dice lo suyo. Los funcionarios de las corporaciones multinacionales no se miran ni la punta de la nariz para proteger la vida en el mundo. Anteponen sus intereses económicos.
He dejado para estas últimas líneas, los restos de un incendio en Florida, el mismo estado que decidió la elección de Bush, materializados en pedazos de madera que cuelgan del techo. Sirven a la vez de presentación de la obra antológica de Cornelia Parker. Un conjunto que alude a ese final que todos tememos, el mismo al que la artista le lanza un desafío lúdico con el título que le ha puesto a su exposición: “Never endings”.
Al salir del museo extendí la mano a Cornelia Parker acompañando mi gesto con un nice to meet you. Quería dar importancia a una despedida que por lo general no importa. Registrar las huellas de una artista que quien sabe como trasladaré de mi mano al terreno de lo que viva en los próximos días.
Exposición: Cornelia Parker, MALI, abierta hasta el 27 de mayo del 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario