lunes, 27 de octubre de 2008

PASU MACHU: Los Simpson en Machu Picchu rinden impensado homenaje a Marcel Velaochaga en MICROMUSEO


(Marcel Velaochaga. Los turistas. 2007. Acrílico sobre tela: 135 x 150 cms.)

Bajo este título original reproduzco este último post extraído de la bitácora de MICROMUSEO, bajo la autoría de Gustavo Buntinx. Como muchos sabemos -más por las noticias- hace poco salió al aire un nuevo capítulo de la serie animada Los Simpson en donde disfrutaban de un viaje de vacaciones nada más que en la ciudadela de Machu Picchu, actualmente considerada una de las "7 nuevas maravillas del mundo" por una organización privada.

Pero ahora viéndolo del punto de vista artístico, MICROMUSEO reafirma su intención de "acompañar en cada momento de inflexión para el desarrollo de su obra" del artista Marcel Velaochaga y propone mediante el post en mención que la ahora conocida obra que el artista expuso el año pasado -en la muestra Machu Pictures en la galería Vértice y que también se comentó aquí, usando la imagen de Los Simpson en primer plano y con el fondo de la ciudadela incaica del Cusco, aludiendo a una familia dentro de la coyuntura privatizada y globalizada de este lugar y que también vale la pena leer este artículo- se conecte mediante un vínculo mucho más allá de un atisbo de influencia, inspiración o plagio.

CAMBIANDO DE TEMA.- De paso les dejo este link del blog Puente Aéreo ("Qué hace ese tipo ahí?" 8-Nov-2005) en donde se abrió una discusión acerca de otra obra de Velaochaga; "Los funerales de Atahualpa", remake o cover del histórico cuadro de Luis Montero.

Aquí un extracto del artículo.-

POETA PROFETA (VIDA, ARTE, SIMULACRO)

En noviembre de 2007, el artífice peruano Marcel Velaochaga exhibió en la galería Vértice su provocadora serie Machu Pictures: una secuencia de collages pictóricos donde íconos diversos de la "alta" cultura y de la cultura de "masas" se superponían al reconocible paisaje de Machu Picchu. Cada imagen, por cierto, ensayaba ironías específicas: entre otras referencias se encuentran el Francisco Pizarro de Daniel Hernández y el Neil Armstrong de Andy Warhol, así como Indiana Jones en sustitución hollywoodense de Hiram Bingham. Tras la propuesta de conjunto, sin embargo, se insinuaba un comentario más amplio sobre la creciente transformación de esas ruinas ancestrales en parque temático para el turismo banal de "familias que van sin saber dónde están y qué es lo que pisan", al explícito decir del propio pintor.

Desde esa perspectiva, quizá la puesta en abismo de la exposición toda era una pieza aparentemente menor: los Simpson en pleno (mascotas incluidas) posando su identidad de dibujos animados para la fotografía del recuerdo frente al gran telón de fondo de la vista panorámica de la "ciudad perdida".

A pesar del éxito general de la muestra, el cuadro que aquí nos interesa fue más bien soslayado, con la excepción interesante de un reportaje de Enrique Planas (el comentario de Diego Otero sobre la exposición era particularmente sugestivo, pero más bien propone reparos a esta tela en particular). La obra, sin embargo, adquiere ahora súbita vigencia. Hace apenas unos días se transmitió en Estados Unidos un episodio nuevo del programa televisivo, con los protagonistas experimentando aventuras y adquiriendo sabiduría en el monumento arqueológico. Atentos blogs como el de TV En Serie, de Javier Masías, no demoraron en destacar el hecho y los principales periódicos de Lima le dieron divertida cobertura.

Creemos ser los primeros, sin embargo, en establecer el vínculo con la obra de Velaochaga, sin insinuar un conocimiento del cuadro –mucho menos un reconocimiento– por parte de los productores norteamericanos. Aunque bien sabemos que el azar no existe, estaríamos ante algo más interesante que una inspiración o un plagio. Una situación de época en la que culminan procesos ya advertidos hacia fines del siglo XIX por Oscar Wilde, cuando ironizaba cómo no es el arte el que imita a la vida sino exactamente al revés. Claro que los suyos eran tiempos en que, aún en esos menoscabados términos, todavía resultaba factible aludir a un estatuto vivencial hoy cada vez más incierto. Lo que ahora imita al arte no es ya la agonizante experiencia humana, sino la avasalladora pujanza del simulacro.

Como en el Perú decimos: Pasu machu.

POSTDATA ICONOLÓGICA.- La deriva de las imágenes es interminable. Poco después de la exposición de Velaochaga, la última película de Indiana Jones mostraba a ese personaje explorando y saqueando supuestos recodos milenarios de un Perú de escenografía. El 26 de enero de 2008, la revista Somos de El Comercio publicó una caricatura del dibujante argentino Sergio Langer que pareciera ser un homenaje a Machu Pictures: en la mitad superior de la página un conquistador español exhibe con sonrisa feroz su parafernalia guerrera (arcabuz, dagas, espadas, pistolones) frente a la ciudadela incaica. El mismo paisaje y la misma sonrisa acompañan al turista que aparece en la escena inferior, portando con idéntica gestualidad los dispositivos fotográficos que son las armas de sus propias, (post)modernas conquistas. La relación con las inquietudes de Velaochaga es obvia, aunque no necesariamente consciente, sobre todo tras la designación de Machu Picchu como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno, acontecida el 7 de julio de 2007. Por cierto, Velaochaga concibió e inició su serie sobre el tema antes de anunciarse la campaña que culminó con ese reconocimiento. Otra vez, el azar no existe.

(Velaochaga es uno de los artífices a los que MICROMUSEO ha intentado acompañar en cada momento de inflexión para el desarrollo de su obra. A fines de 1999, por ejemplo, incluimos una obra suya de temprana madurez (Perúfútbol [Penal]) en Emergencia artística, la exposición que aglutinó a buena parte de la oposición cultural a la dictadura de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos. En 2005 exhibimos otras controvertidas piezas suyas en el Museo de Arte de Lima (MALI), como parte de la muestra Revelaciones: poéticas apocalípticas a finales del milenio, logrando también que el cuadro Los funerales de Atahualpa (cover) permaneciera un año colgado en exacta simetría con la monumental tela de Luis Montero (1864-1867) que le sirve de referencia. Esa misma obra de Velaochaga fue luego pieza importante en el cuantioso montaje realizado por MICROMUSEO para la última Bienal de Valencia bajo el título general de Lo impuro y lo contaminado..

VER ARTÍCULO COMPLETO AQUI.

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